(En el 400 Aniversario)
Alonso Quijano
con las nobles
y viejas armas de sus antepasados,
Comuneros de Castilla,
culto en sus lecturas,
como un héroe jungiano
que baja a las profundidades
de la onírica Cueva de Montesinos
en busca de la luz
abandona su casa
y en sí mismo
en su Patria, la Mancha,
libra mil batallas
contra el rebaño de ovejas,
contra molinos de viento,
atravesando el sendero
en penosos combates
y soñando caminos de Antonio Machado
hacia el exilio.
El defensor de causas justas y difíciles,
valiente y leal,
repentino loco
sobre el caballo Clavileño
apaleado por la muchedumbre
no está nunca solo.
Le acompaña Sancho
la luz de la razón y su fiel amigo
y Dulcinea
que es alborada en su camino
estrella en la amanecida
y agua de rocío que alimenta su alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario